juego que se lleva a cabo
con una soga más o menos larga, que la agitan dos niñas, una en cada extremo de
ella, las niñas que sujetan los correspondientes extremos le dan vueltas y más
vueltas, mientras otra u otras saltan por encima y bajo ella.
Las jugadoras entran en el juego por un extremo, se sitúan en el
centro de la cuerda y saltan de manera que ésta les pase por debajo de los pies
y por encima de la cabeza, para después salir del juego por el extremo
contrario al que entraron. Y así se salta una y otra vez, por turnos, de uno en
uno, ya que habiendo saltado la última de la fila de las jugadoras, vuelve a
entrar en juego la primera. Cuando alguna falla, cambia su sitio por una de las
que dan movimiento a la soga.
Tiene varias maneras de jugarse y siempre las niñas acompañan los
movimientos o saltos con algunas letrillas las que, muchas veces, se han
generado en los patios de los colegios.
Se conocen varias formas de saltar, las cuales tienen sus nombres,
entre ellas la culebrita o cunita,
llamada así porque se mueve el cordel haciéndolo ondular a ras del suelo y las
niñas (os) saltan por encima; el chocolate,
bate, bate, en el cual participan varias (os) usando una cuerda larga, la
que se bate muy ligero.
Las vueltas dobles consisten en hacer que pase dos veces la cuerda por los pies durante un solo salto. Un jugador diestro puede hacer doscientos de seguida sin parar ni perderse. Las vueltas triples son mucho más difíciles, y apenas se pueden ejecutar fuera de doce. Las cruces de caballero dobles exigen una gran soltura de cuerpo y vigor en los puños.
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